La tuberculosis en niños

Familia
Escrito por:
Dr. Adán Figueroa Acosta. Neumólogo-Pediatra 
Revisado por:
Dr. Rafael Lopez Urbina. Pediatra
Publicado:
20-Mar-22 6:00:00 AM
Palabras claves:
esputo, baciloscopia, flema, tuberculina
 

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Familia:Niñez
jueves, 14 de diciembre de 2017
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miércoles, 23 de marzo de 2022
No


​La tuberculosis es un enfermedad infecciosa y transmisible, producida por un bacilo llamado Mycobacterium tuberculosis. La infección se transmite comúnmente, por la inhalación de gotitas contaminadas procedentes de enfermos que expulsan los bacilos al toser, cuando la enfermedad está localizada a nivel de pulmones. Por lo general, es una persona adulta quien propaga la enfermedad ya que los niños eliminan los escasos bacilos a través de secreciones respiratorias, por lo que no suelen transmitir la infección.

Por su localización, la tuberculosis puede ser pulmonar o extrapulmonar y por su severidad, grave o no grave.

Casi todas las formas extrapulmonares de tuberculosis tienen poca capacidad de contagio.

Las formas graves son esencialmente la meningitis tuberculosa (bacilo alojado en las membranas que recubren el cerebro), la tuberculosis mesentérica (bacilo alojado en ganglios del abdomen), la que afecta la columna vertebral (Mal de Pott), tuberculosis miliar (a nivel de las estructuras de soporte o intersticio pulmonar) y otras que son muy raras.

Es importante hacer ver que todos los niños son vacunados con la vacuna B.C.G. (Bacillus Calmette-Guérin) al nacer para prevenir formas graves de la enfermedad.​

¿Cómo se hace su diagnóstico?

Para poder realizar el diagnóstico de tuberculosis en niños, generalmente el profesional de salud se basa en:

  1. Antecedentes: donde algún miembro de la familia, vecino u otra persona cercana tiene la enfermedad.
  2. Manifestaciones clínicas: estas son en su mayoría inespecíficas. A veces tienen un poco de fiebre, decaimiento, falta de apetito, pérdida de peso o simplemente no lo ganan y son acompañados de síntomas respiratorios caracterizados por tos de más de dos semanas, cuando la enfermedad se localiza a nivel pulmonar.

Si se presentan estos dos criterios, el médico debe investigar de forma más exhaustiva la posibilidad que el niño esté enfermo y le indicará algunos exámenes como la prueba de tuberculina (Inyección intradérmica en antebrazo izquierdo que tiene que verse, leerse y reportarse en 72 horas).

Se considera positiva una reacción tuberculínica cuando la zona donde se inyectó la prueba tiene un endurecimiento que mide 5 m​m. o más y el niño tiene o ha tenido contacto cercano con una persona con tuberculosis, si los síntomas indican tuberculosis o si posee una radiografía también sugestiva de la enfermedad.

A todos los niños expuestos y a quienes se les sospeche tuberculosis, independientemente de su localización (pulmonar o extrapulmonar) se les debe realizar una radiografía de tórax.

Otras pruebas que ayudan al diagnóstico de tuberculosis

  • El resultado positivo en la baciloscopía o examen de esputo (flema), en niños que puedan expectorar (expulsar flema). Esta baciloscopía se puede realizar también a muestras de secreciones de ganglios, aspirados bronquiales o por algún tejido obtenido por una biopsia (ejemplo: un ganglio).
  • El aislamiento de microbacterias por cultivo de cualquier tipo de muestra.
  • Últimamente se realiza un examen especial conocido como “GeneXpert”; es una prueba muy útil y segura. Su resultado se obtiene en la práctica real, en una semana, aunque puede ser en dos horas en países donde hay buena disponibilidad de reactivos.

A pesar de todas estas pruebas, la tuberculosis en niños es difícil de diagnosticar ya que es una infección paucibacilar (de escasos bacilos), generalmente los exámenes como la baciloscopía resultan negativos. Debido a esto se implementó un sistema de puntaje que incluye todos los criterios diagnósticos que el médico debe evaluar para determinar si el niño tiene o no tuberculosis (Lineamientos técnicos para la prevención y control de la tuberculosis).

En resumen

En relación con la tuberculosis un niño puede:

  • Estar ante una probable infección tuberculosa, cuando ha estado expuesto a la enfermedad, pero al ser evaluado no presentar síntomas, a pesar que la prueba de tuberculina y la radiografía de tórax son negativas.
  • Tener una infección tuberculosa latente (estar infectado y no tener los síntomas), pero la prueba de tuberculina es positiva y la radiografía de tórax es negativa.
  • Estar enfermo de tuberculosis. El niño estuvo expuesto o en contacto con algún infectado, la tuberculina salió positiva y la radiografía de tórax es sugestiva de tuberculosis.

¿Qué debe hacerse en cada caso?

En los casos de probable infección tuberculosa se administra tratamiento preventivo y el niño es evaluado de nuevo tres meses después con otra prueba de tuberculina.

  • Si esta sale negativa, 4 mm. o menor, se puede suspender el tratamiento. Es importante no suspender el tratamiento hasta que el médico haya evaluado al niño.
  • Si la tuberculina es positiva, se completan seis meses de tratamiento preventivo.
  • Si el niño tiene una infección tuberculosa latente desde su primera evaluación, debe recibir el tratamiento preventivo por seis meses.
  • Si al niño se le diagnostica con la enfermedad de tuberculosis, el tratamiento siempre dura seis meses (formas No graves). En las formas graves el tratamiento puede ser de 9 meses a un año.

Todos los tratamientos son supervisados y se administran en las instituciones de salud de lunes a sábado. La tuberculosis es curable siempre y cuando se acaten las indicaciones dadas por el personal de salud.

"Recuerde que el tratamiento de uno es la prevención de todos".

Bibliografía

  • Guía de la Tuberculosis para Médicos Especialistas. 2003. Caminero Luna, JA. Unión Internacional contra la tuberculosis y enfermedades respiratorias (UICTER).
  • Sistema de puntaje para el diagnóstico de Tb

La tuberculosis en niños