Familia:Niñez
jueves, 14 de diciembre de 2017
miércoles, 9 de mayo de 2018
El llanto es la forma en la que los bebés se comunican y obtienen la atención de sus padres. Los niños lloran por diferentes razones ya sea por estar mojados o sucios, tener hambre, frío, calor o cansancio, entre otras. Es su manera de expresar que algo está mal. En algunas ocasiones, los bebés hacen más que llorar, dejan de respirar y hasta se pueden desmayar, por lo que es importante que todo padre conozca y aprenda a manejar esta situación.
¿Qué es el espasmo del sollozo?
Es aquel llanto excesivo que lleva a la falta de respiración y, a su vez, hace que los niños puedan presentar un desmayo. Saber qué es y cómo diferenciarlo de otras enfermedades, tranquiliza a los padres en estos episodios alarmantes, pero que no comprometen la salud del niño.
El espasmo del sollozo tiene como característica el seguir siempre un orden establecido. Por lo general, es provocado por los famosos “berrinches”, en situaciones de enojo, frustración, dolor o sorpresa, acompañado por un llanto. Luego el niño se queda quieto y deja de respirar. Seguido a esto, se pone moradito (cianótico). Por último, pierde la conciencia, se pone tieso o a veces flácido. Si deja de respirar por más de 10 segundos, comienza con movimientos de rigidez involuntarios y después vuelve al estado de flacidez.
Todo el proceso dura entre 2 y 20 segundos. Tres de cada diez niños sanos puede sufrir espasmo del sollozo y están más propensos a padecerlo los niños cuyos padres presentaron ese trastorno en su infancia.
Se manifiesta de los 6 a 18 meses de edad y en ocasiones puede haber episodios hasta los 5 años. Fuera de este período deben descartarse otras enfermedades como epilepsia, arritmias cardíacas, trastornos metabólicos o masas intracraneanas.
En los recién nacidos, estos episodios pueden mostrarse durante la alimentación o durante el cambio de pañales.
Existen dos tipos de espasmo del sollozo:
- Espasmo del sollozo cianótico: Estos son provocados por episodios que frustran o enojan al bebé, quien llora vigorosamente y después aparece la apnea (falta de respiración), se pone azulado (cianótico), puede presentar contracturas musculares y luego queda flácido. Se presenta en el 62% del total de casos de espasmo del sollozo.
- Espasmo del sollozo pálido: El episodio es provocado por un susto o alguna situación inesperada que lo atemoriza. El bebé llora poco, se pone pálido y puede presentar contracturas involuntarias antes de recobrar la conciencia. Se presenta en el 19% de los casos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se debe efectuar descartando enfermedades del sistema nervioso central, cardiovascular, respiratorio y enfermedades metabólicas como la diabetes. Los niños con trastornos de conducta, hiperquinéticos, enuréticos (se orinan en la cama), desobedientes y agresivos, sufren con más frecuencia de esta condición en la infancia. También, los bebés con anemia por déficit de hierro tienen mayores probabilidades de padecerlo por producir una menor oxigenación cerebral, lo que se vuelve un desencadenante del espasmo.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento consiste principalmente en educación a los padres para manejar dichas situaciones. Ellos deben saber que es una condición que desaparecerá por sí sola y no dejará ninguna secuela. Por lo general, no se usa medicación específica para el trastorno, salvo estricta indicación por el especialista y en casos muy puntuales.
Si los episodios de espasmos del sollozo se repiten muy seguido, se debe recurrir a terapias psicológicas para esclarecer causas dentro de la familia.
Los niños con espasmo del sollozo presentan a menudo problemas de conducta y emocionales, por lo que se recomienda una buena charla con su pediatra y eventualmente aceptar, en caso de ser indicado, la consulta psicológica.
Lo más importante es el apoyo a los padres, conversar abiertamente sobre la condición, tomar conciencia que es algo benigno y hacer un análisis cuidadoso de cómo manejar al niño, evitando la sobreprotección y la manipulación de este con sus padres.
Aunque algunos pacientes reciben medicación, estos por lo general no están indicados.
¿Cómo manejarlo?
Lo más importante es tranquilizar a los padres, asegurándoles que aun cuando el observar un espasmo provoca un intenso temor, se trata de eventos benignos y el niño los va a superar con el tiempo. Además, se les debe informar que no existen evidencias sobre las consecuencias severas a largo plazo y que los pacientes no tienen un riesgo mayor hacia otros problemas neurológicos.
El único hallazgo significativo encontrado es un leve aumento en la incidencia de desmayos súbitos en épocas posteriores de la vida, especialmente en la segunda infancia y en la adolescencia. Es raro en niños que padecieron espasmo de tipo cianótico, pero ocurre en el 17% de los niños diagnosticados con el espasmo de tipo pálido.
Debido al temor, muchos padres intentan en vano prevenir todo conflicto o disgusto en la vida de los niños. Estos esfuerzos no son prácticos, a veces imposibles y pueden llevar a los padres a consentir en exceso a los niños o a no utilizar la disciplina apropiada para calmarlos. Sin embargo, esto aumenta el riesgo a que los niños tengan problemas de conducta.
Si los padres comprenden la naturaleza benigna del problema, no cometerán estos errores y aprenderán a manejar mejor los episodios. No obstante, cuando un niño se enoja y comienza a llorar, se deben hacer esfuerzos razonables para calmarlo. Cuando a pesar de estas medidas, el episodio ocurre, todo lo que se requiere es observar al niño y prevenir los traumatismos.
Si existe pérdida del conocimiento, debe colocarse al niño de lado para evitar una posible aspiración. Si el espasmo del sollozo se presenta cuando el niño está comiendo y un alimento obstruye la vía oral, deben realizarse acciones para liberar la vía aérea. No son necesarias otras maniobras de resucitación. Una vez que el episodio se resuelve, se debe tranquilizar al niño. Sin embargo, debe evitarse una actitud de atención excesiva hacia el evento o expresar temor delante del niño.
¿Qué debe hacer ante un episodio de espasmo del sollozo?
Si este trastorno ya le fue diagnosticado, se recomienda seguir algunos pasos ante un episodio de espasmo del sollozo. A continuación detallaremos cada uno de ellos.
- Mantenga la calma: Si ya se le ha diagnosticado a su bebé este trastorno, guarde la calma ya que el niño no corre ningún riesgo.
- Retire los objetos que tenga en la boca: Si el bebé tiene algún objeto en la boca, debe quitárselo para evitar que se ahogue.
- Colóquelo en una posición segura: Se recomienda que lo ubique de lado y que aleje las cosas con las que se pueda golpear. Esta posición permite mantenerlo seguro y fuera del alcance de objetos que podrían dañarlo durante el evento.
- No intente detener el espasmo: No haga nada para detener o distraer al bebé ya que esto sí podría interferir en el proceso habitual del espasmo y complicar la situación.
- Aléjese un poco del niño: Obsérvelo de forma indirecta, haciéndole pensar que no le presta mucha atención al evento, ya que a veces utilizan estos episodios como métodos de disuasión.
- Reprenda o consuele: En principio, el espasmo del sollozo tiene un carácter involuntario, ya que el niño no lo hace a propósito. Pero cabe la posibilidad de que algunos niños aprendan a utilizarlo para llamar la atención o conseguir algún beneficio, lo que habrá que tener en cuenta especialmente en aquellos casos en los que se repite con mucha frecuencia, para asegurarnos de que con su actitud, no obtienen ninguna recompensa. Si esto sucede, inmediatamente al término del espasmo, explíquele con voz firme que no le gusta que haga “berrinches” y que no le dará lo que quiera con lo que hizo. En caso de que sea provocado por algún accidente, como un golpe o una caída, abráselo y consuélelo para que sienta todo su apoyo.
- Déjelo que duerma una siesta: Es importante que el niño o la niña tengan un tiempo de descanso para reponerse de los episodios y para que de alguna manera olvide el berrinche que lo aquejaba. De esta forma puede evitar varios episodios de espasmo del sollozo al día.
¿Qué precauciones debo tomar?
Tome en cuenta que nunca debe tratar de reanimar al bebé con ninguna maniobra, como la respiración boca a boca o el masaje cardíaco, ya que pueden existir riesgos fatales si la realiza alguien inexperto. Tampoco le de agua hasta que vea que su recuperación total, ya que puede hacer que se ahogue provocando problemas mucho mayores que el propio espasmo.
¿Cuándo debería preocuparme?
Si el niño tiene espasmos de forma espontánea sin ninguna causa desencadenante, si tiene convulsiones, si no recobra la conciencia luego de los 30 segundos o si presenta estos episodios cuando está durmiendo, debe acudir al médico inmediatamente.
Pronóstico
El espasmo del sollozo tiene un pronóstico excelente y no deja secuelas neurológicas. Por impresionante que sea la crisis, incluso si está acompañada de espasmos intensos, la vida del niño no corre peligro y la gran mayoría son intelectualmente normales.
¿Qué es el espasmo del sollozo?