Trastornos músculo esqueléticos en oficinistas

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Escrito por:
Dr. Carlos Magno López. Médico del trabajo.
Revisado por:
Dr. Walter Mayen. Médico del trabajo.
Publicado:
16-May-22 6:00:00 AM
Palabras claves:
Ergonomía, desorden, músculo, esquelético, trabajadores, oficinas
 

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viernes, 16 de marzo de 2018
200
martes, 11 de octubre de 2022
No

​​​​​Resumen

Los Trastornos Músculo Esqueléticos (TMEs) son alteraciones de la salud que afecta diferentes estructuras musculares y óseas​ que pueden aparecer en los trabajadores que se vean expuestos a factores de riesgo que favorezcan su desarrollo; los oficinistas no son la excepción. En los últimos años se ha observado en estos un incremento significativo en la incidencia de TMEs, ello debido a que en los procesos/lugares de trabajo, existen diversos factores como las inadecuadas condiciones ergonómicas y los entornos organizacionales perniciosos que combinado a algunos factores personales, son el detonante para su aparición y desarrollo. Esta revisión, se enfoca en identificar la epidemiología de los TMEs, los factores de riesgo y sus métodos de evaluación, así como el impacto que tiene sobre el trabajador y la organización cuando estos se presentan.

​La evidencia disponible señala que los sitios anatómicos que con más frecuencia se ven afectados por estos estos trastornos son el cuello, la espalda superior e inferior así como las extremidades superiores; y respalda que los movimientos repetitivos por la digitación, los sobresfuerzos posturales derivados de “estilos personales” o de las condiciones de los procesos y estaciones de trabajo; así como la alta demanda de trabajo, la falta pausas de descanso y de apoyo social combinado a factores personales como la obesidad, el sedentarismo, y e​l género femenino constituyen factores de riesgo para el desarrollo de TMEs en los sitios señalados. Adicionalmente, es notorio el impacto a la salud del trabajador y a la productividad de las organizaciones; ello evidenciado por las estadísticas que revelan que la inversión para el tratamiento y rehabilitación de los afectados ronda entre el 0.5 a 2% del producto interno bruto en algunas naciones y que en general la afectación a la productividad reflejada en días/hombre perdido se sitúa entre 13 y 17 días. No se identificó una metodología uniforme para la evaluación de los factores de riesgo asociados al desarrollo de los TMEs, sin embargo existe suficiente evidencia de la concordancia de las diferentes metodologías utilizadas, siendo de crucial importancia que cada una de estas ha sido validada para las poblaciones en que se aplicaron. Con todo lo expuesto, resulta de crucial importancia que cada país, a través de las dependencias encargadas de vigilar la salud y seguridad de los trabajadores debe enfocar sus esfuerzos en generar y validar los métodos de evaluación de los diferentes factores de riesgo asociados al desarrollo de TMEs en la población trabajadora.

Introducción

El informe de la Agencia de Salud y Seguridad del Trabajo de la Unión Europea (2010)1, reseña que los trastornos músculo​ esqueléticos (en adelante TMEs) son alteraciones que sufren estructuras corporales como los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, huesos y el sistema circulatorio, causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y los efectos del entorno en el que este se desarrolla.

Se encuentran entre los problemas más importantes de salud en el trabajo y causan impacto sobre la calidad de vida con un costo anual elevado. La forma de manifestación más frecuente son molestias o dolor local y restricción de la movilidad, que pueden obstaculizar el rendimiento normal en el trabajo o en otras tareas de la vida diaria.

Se reconoce que la etiología de los TMEs es multifactorial (Díez 2010)3, y en general se consideran cuatro grupos de factores de riesgo: los individuales, como la edad, genero, capacidad funcional del trabajador, hábitos, antecedentes; los factores ligados a las condiciones del trabajo, como la fuerza, posturas y repetición; los factores relacionados con las condiciones ambientales de los puestos y sistemas de trabajo, como la temperatura, vibración, entre otros; y los factores organizacionales o psicosociales como la distribución del trabajo, las jornadas, los horarios, las pausas, el ritmo y la carga de trabajo.​

De acuerdo a datos emitidos por la Oficina Internacional del Trabajo (ILO 2010)2; se establece que en la Unión Europea las enfermedades músculo esqueléticas son un problema de salud creciente y significativo; más de 40 millones de trabajadores se ven afectados, lo que representa un costo estimado para la sociedad de entre el 0,5 y el 2 por ciento del producto interior bruto (PIB).

En El Salvador, aunque la normativa legal contemplada en el Código de Trabajo y la Ley General de Prevención de Riesgos señalan que debe mantenerse una vigilancia de las condiciones de seguridad e higiene en los lugares de trabajo así como de la salud de los trabajadores en cuanto a la prevención de estos trastornos, no se cuenta con estadísticas sobre la ocurrencia de estos casos; y al momento no hay estudios que indaguen la prevalencia e incidencia de los mismos en la población trabajadora.

Considerando lo citado hasta ahora, se presenta la siguiente revisión bibliográfica cuyo fin es mostrar un bosquejo de la evidencia científica con respecto al desarrollo de TMEs en trabajadores de oficina; particularmente en lo relacionado a:

1Identificar la incidencia, prevalencia, y tipos de los Trastornos Músculo Esqueléticos en oficinistas.

2Determinar los factores de riesgo asociados al desarrollo de Trastornos Músculo Esqueléticos en oficinistas.

3Establecer el impacto que tiene en el trabajador y la organización la ocurrencia de Trastornos Músculo Esqueléticos.


Para realizar la revisión bibliográfica se accedió al portal HINARI y en este se indagaron los artículos en las revistas indexadas asociadas a Medicina Ocupacional, Medicina Ambiental, Ergonomía, Medicina Industrial entre otras; aplicando las siguientes palabras clave en inglés y español: Ergonomía (Ergonomics), Trastornos Músculo Esqueléticos (Musculoskeletal Disorders), y Oficinistas (Office Workers); realizando combinaciones de esas palabras con el operador “OR” y “AND”.

Se consideraron los artículos de relevancia que incluyeran los términos referidos y de una antigüedad no mayor a 10 años, sin distinción del país en que se h​hubiere​ realizado la investigación.

Se obtuvieron 641 artículos de diferente índole; de estos solo se escogieron los referentes a las investigaciones originales de acuerdo a relevancia. Adicionalmente se consultó las estadísticas más recientes que abordan el impacto a la productividad generada por la incidencia de TMEs publicados por la Oficina del Trabajo de Los Estados Unidos y de Gran Bretaña.


Desarrollo del tema

Conceptualmente se considera a los TMEs como un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de músculos, tendones, articulaciones, ligamentos y nervios. Sus localizaciones más frecuentes se observan en cuello, espalda, hombros, codos, muñecas y manos y los diagnósticos asociados a la afectación de estas áreas son las Tendinitis, Teno-Sinovitis, Síndrome de Túnel Carpiano, Mialgias, Cervicalgia y Lumbalgia. Estos trastornos han tenido un incremento exponencial en las últimas décadas, afectando a los trabajadores independiente de la edad y el género (Díez 2010)3; siendo causantes del deterioro de las salud, limitando las capacidades del personal y reduciendo la productividad; impactando en las economías de los sistemas de salud y de las empresas en general.

Los factores de riesgo asociados al desarrollo de TMEs pueden clasificarse en 4 grupos: Factores Personales; Ergonómicos; Ambientales y Organizacionales o Psicosociales. Los factores personales como la edad, el índice de masa corporal, tabaquismo y sedentarismo juegan un rol importante en el desarrollo de TMEs. Adicionalmente, algunas actividades recreativas pueden involucrar factores similares a movimientos repetitivos, estrés mecánico o posturas forzadas pudiendo ser causa de TMEs (Díez 2010)3.

De acuerdo a la NIOSH; los Factores Ergonómicos tales como la postura forzada y los movimientos repetitivos, solos o combinados tienen el potencial de desencadenar los TMEs; de ahí que la aplicación de métodos de evaluación ergonómica a los puestos/métodos de trabajo, son de importancia en la detección de las desviaciones posturales adoptadas por los trabajadores al realizar sus tareas.

Adicionalmente, las condiciones ambientales en los puestos de trabajo como la exposición a vibraciones (sean estas localizadas o de cuerpo entero) o la temperatura, potencialmente pueden desencadenar estos trastornos.

Un último factor, de más reciente consideración son los factores organizacionales y psicosociales. Entornos con una inadecuada rotación de turnos, jornadas prolongadas, trabajo nocturno, falta de pausas, y la alta carga de trabajo sea cualitativa o cuantitativa, son condiciones que se reconocen como adyuvantes al desarrollo de TMEs. (Gil-Monte 2009)4.

Es evidente que las condiciones mencionadas pueden desencadenar TMEs, ya sea que se encuentren de manera aislada o en combinación en los puestos de trabajo; aunque habitualmente lo que ocurre es lo segundo, ya que dependiendo de la actividad a la que se dediquen, por lo general están presentes dos o más de los factores citados.

Para el caso particular del desarrollo de TMEs en oficinistas, la evidencia muestra que es una combinación de factores individuales, ergonómicos, y psicosociales los que están involucrados en la génesis de estos desórdenes; y como se describirá a continuación la certeza de estas afirmaciones se cimenta​ en la validez científica de los ensayos a revisar.

​Se ha reconocido que los movimientos repetitivos derivados de la digitación, han sido un factor predisponente para el desarrollo de TMEs a nivel de la muñeca, ello principalmente debido a la ocurrencia de micro traumas a nivel de las estructuras que conforman dicha articulación. Toosi (2011)5, robustece esa premisa al publicar un ensayo en el que se aplicaron mediciones ultrasonográficas del nervio mediano para evaluar el efecto del uso del teclado de computador en una muestra de 21 participantes voluntarios sanos, sin antecedentes de neuropatía de túnel del carpo y que reportaban ser digitadores expertos (al menos 40 palabras por minuto) y que usaban el teclado al menos 4 horas por día; tres días por semana y digitaban usando todos los dedos. Les sometieron a una ultrasonografía del nervio mediano (a nivel del hueso pisiforme) de ambas manos, en una secuencia basal (tras un periodo de reposo de 2 días); seguido de otra a los 30 minutos y una tercera a los 60 minutos de digitación, con un lapso entre el fin de la tarea y la toma del estudio no mayor a 10 minutos. Los resultados del estudio a los 30 y 60 minutos, mostraron diferencias estadísticamente significativa con respecto a los valores basales que indica el desarrollo de tumefacción en el nervio mediano, así como un aplastamiento de este tras 30 y 60 minutos de digitación (p=0.047 y p=0.020 respectivamente). Ambos fenómenos ocurrieron principalmente en la mano dominante. Los resultados demuestran que existen cambios agudos significativos en el nervio mediano tras 60 minutos de digitación, lo cual fundamenta la relación causal entre el estrés mecánico sobre la articulación derivado del movimiento repetitivo y el desarrollo del Síndrome del Túnel del Carpo. Aunque el autor indica la limitante de que existe una variedad de estilos/posturas por parte de los usuarios al momento de digitar que podrían estar asociados a las características de las estaciones de trabajo, sugiere la necesidad de ampliar las indagaciones referentes al potencial efecto de las condiciones de estas sobre el nervio mediano. Con ello, infiere que el movimiento repetitivo sería un factor aditivo que en combinación a las demás condiciones del puesto de trabajo potenciarían el desarrollo de TMEs a nivel de la muñeca.

Prevalencia y predictores

Klussmann(2008)6 nos presenta una investigación más amplia en la que se indaga la prevalencia y predictores de síntomas músculo esqueléticos de la extremidad superior y del cuello en usuarios de computador, analizando 1123 estaciones de trabajo con una lista de chequeo basada en el cuestionario Alemán de Terminales de Visualización de Datos. Esta incluye 37 ítems que evalúan la pantalla y su disposición, el teclado y ratón, el escritorio y sus accesorios, la silla, y las condiciones ambientales. Se incluyeron a 1065 empleados, 803 de los cuales realizaban trabajo de oficina. Adicionalmente los participantes cumplimentaron el Cuestionario Nórdico de Molestias Músculo Esqueléticas y se sometieron a un examen médico con énfasis en identificar si tenían síntomas músculo esqueléticos. Los resultados muestran que los puestos de trabajo cumplían con lo establecido según las recomendaciones ergonómicas de la lista de chequeo. La prevalencia más alta de síntomas músculo esqueléticos reportados en el Cuestionario Nórdico fue dolor en el cuello (55%) y en hombros (38%); mientras que para molestias de mano/muñeca y codo fue menor (21% y 15% respectivamente). Por otra parte los factores individuales predictores de síntomas revelan un efecto significativo del género femenino para el dolor de cuello, hombros y codos (OR: 2.02; OR: 1.83 y OR: 1.02 respectivamente). Como puede observarse, aunque las estaciones de trabaj​​o mostraban “condiciones aceptables” evidenciada por los resultados de la lista de chequeo; hay un “algo más” entre el binomio trabajador/ambiente laboral que favorece el aparecimiento de los TMEs.

Herramientas de evaluación

Recientemente, Kaliniene (2016)7, presenta un estudio mucho más amplio en el que incluye entre otras cosas, algunas herramientas de evaluación ergonómica de puestos de trabajo; y se enfoca en evaluar la prevalencia de dolor músculo esquelético en varias áreas anatómicas y su asociación con factores individuales, ergonómicos y psicosociales entre trabajadores que utilizaban computadores en el sector público del condado Kaunas, Lituania. Para ello utilizó un cuestionario que constaba de 3 partes; en la primera indagaban aspectos individuales como edad, genero, peso, estatura y experiencia de trabajo en computador. La segunda parte indagaba la prevalencia de dolor músculo esquelético en los últimos 12 meses indicando de manera particular si afectaba hombros, codos, mano/muñeca así como espalda superior e inferior (utilizando para ello el Cuestionario Nórdico Músculo Esquelético). La tercera parte del cuestionario consistió en la inclusión del Inventario Psicosocial de Copenhague. Adicionalmente se utilizó el Método RULA (Evaluación Rápida del Miembro Superior) para evaluar las posturas en el trabajo así como los movimientos de los trabajadores en el computador. Los resultados de este estudio muestran que la mayoría de los encuestados reportó trabajar más de 6 horas /día en el computador y que no tenía pausas cada 2 horas de trabajo; un cuarto de los empleados señala un pobre apoyo social; un tercio indicó una alta demanda de trabajo y al menos la mitad se refirió a tener un bajo grado de libertad para realizar sus tareas. Más de la mitad de los empleados reportó como más prevalente el dolor en hombros y espalda baja; mientras que un quinto se refirió de esa manera al dolor en codos; siendo este último más frecuente entre empleados con más de 5 años de trabajo en estaciones de computador. En las variables individuales, un Índice de Masa Corporal de más de 25 kg/mt2, tuvo una asociación significativa solo con el dolor de espalda baja.

La duración del trabajo en computador por más de 4 horas estuvo significativamente asociado solo con la prevalencia de dolor en hombros; mientras que el dolor en mano/muñeca y espalda baja fue más prevalente entre los que no tomaron un descanso cada 2 horas. De igual manera, el dolor en hombro y mano/muñeca fue más frecuente entre los trabajadores que tenían un bajo grado de control sobre el trabajo; mientras que el dolor de espalda baja fue más prevalente entre los que reportaron un pobre apoyo social. Más tiempo de trabajo en el computador (4 a 6 horas), un alto nivel de demandas cuantitativas y un alto nivel de responsabilidad estuvieron asociados a un mayor riesgo de dolor de hombros. Por otra parte, el puntaje RULA fue significativamente diferente al comparar los grupos que reportaron ocurrencia de dolor y los que no; ya que los que sí lo hicieron mostraban puntajes significativamente más altos y en general, por cada punto de incremento en el test de RULA la probabilidad de ocurrencia de dolor de hombros se incrementó a 68%; seguido de eso la probabilidad de tener dolor de mano/muñeca fue positivamente asociada a un alto nivel de demanda cuantitativa; encontrando que por cada punto de incremento en el test de RULA dicha condición aumentó a 59%.


Resultados similares

Similares resultados han sido reportados por Ardahan (2016)8, quienes analizaron la prevalencia de molestias músculo Esqueléticas y su asociación a factores de riesgo personales y de uso de computador. Para ello seleccionaron una muestra de 395 trabajadores de oficina gubernamentales en Turquía en quienes evaluaron variables demográficas y de condiciones de trabajo mediante la aplicación del Cuestionario de "Disconfort Músculo Esquelético" de Cornell validado para la población turca; el cual contiene preguntas acerca de la edad, género, nivel educacional, estado civil, peso, estatura, índice de masa corporal, enfermedades crónicas, tabaquismo, práctica de ejercicio, horas diarias de trabajo en el escritorio, horas/día trabajadas en el computador, años de uso de computadores, estado físico, o malestar ocular mientras usa el computador, nivel de conocimiento ergonómico y métodos usados para tratar el dolor músculo esquelético. Los resultados más significativos se centran en que los participantes reportan síntomas más comúnmente en la nuca (67,85%); la espalda superior (66.33%); la espalda baja (59.49%) y hombros derecho e izquierdo (45.32% y 43.54% respectivamente); y la interferencia a las tareas por la presencia de estos síntomas en las regiones señaladas fue de 33.6 %; 28.5%; 30.6%; 31.3%; y 31.9% respectivamente. El género femenino, los años de uso de computador (> 15 años); la duración diaria de uso de computador así como la manera ininterrumpida de uso (más de 7 horas/día de uso y más de 3 horas por día de manera ininterrumpida), así como la ausencia de conocimientos ergonómicos son factores de riesgo para el desarrollo de desórdenes músculo esquelético en las 5 regiones del cuerpo previamente descritas pero con más frecuencia en la nuca, hombros y espalda baja (p<0.05).

De igual manera, Alavi (2016)9, condujo un ensayo para investigar la asociación entre los factores individuales, organizacionales, físicos y psicológicos y el desarrollo de desórdenes músculo esqueléticos en trabajadores de oficinas públicas de la provincia de Qom, Irán; incluyendo en el estudio 1630 trabajadores (de quienes solo 130 eran mujeres); obteniendo una tasa de respuesta de 91.3%. Lo novedoso de su ensayo es que se enfoca en evaluar los factores psicosociales del trabajo utilizando el Cuestionario del Contenido del Trabajo, el cual consta de 27 preguntas y se basa en el Modelo de Demanda-Control de Karasek; evaluando algunas sub escalas como el uso a discreción de sus habilidades, la autoridad en la toma de decisiones, las demandas de trabajo, el apoyo de compañeros y/o supervisores y la inseguridad laboral. Concomitantemente, evaluó el grado de malestar músculo esquelético de la Extremidad Superior durante los últimos 12 meses utilizando el Cuestionario Nórdico Músculo Esquelético. Precisa mencionar que ambas herramientas han sido validadas para la población iraní.

Los resultados de este estudio mostraron que el 84.9% de los participantes (1263) laboraban de manera continua y sin descanso por más de 2 horas. Al evaluar las condiciones de la estación de trabajo se evidenció que 330 (22.2%) de los participantes percibían que la altura de su silla debía ser ajustada; mientras que 293 (19.7%) señalaron que la altura de su escritorio y de su teclado no era regulable. La altura del monitor o la distancia entre este y el usuario se calificó como inapropiada por 293 participantes (17%); mientras que 406 (27.2%) de los evaluados señalaron que su silla no era apropiada y debía ser cambiada; y 595 del total de participantes (40%) consideraban tener suficiente conocimiento en ergonomía relacionada a la estación de trabajo. En cuanto a la síntomas reportados, 412 participantes (27.7%) indicaron haber padecido síntomas de la extremidad superior (dolor, malestar); incluyendo hombros (18,1%), codos (5.3%), y mano/muñeca (13.3%).

De acuerdo al Modelo Demanda-Control, la tensión en el trabajo (caracterizado como factor psicológico) fue clasificado como alta tensión en 416 participantes (27.9%) y como activo en 353 participantes (23.7%). Variables como la incomodidad de la postura sedente, la falta de pausas y la imposibilidad de ajustar el escritorio o el teclado fueron predictores para la ocurrencia de dolor de hombro (24.7%); mientras que el trabajo ininterrumpido por más de 5 horas, la postura incomoda sedente y la imposibilidad de ajuste del escritorio o el teclado fueron un alto predictor de síntomas de mano/muñeca (r2 =0.17). Aunado a eso, los síntomas de codo y mano/muñeca estuvieron asociados con tensión en el trabajo entre los participantes del estudio (p=0.02)

Ahora bien, dentro del contexto de la evaluación de la carga músculo esquelética relacionada al trabajo, existe una diversidad de métodos que pueden ser utilizados para tal fin. Sin embargo, independiente de la metodología, todos se enfocan en determinar el grado de riesgo que el puesto de trabajo supone para el desarrollo de TMEs; evaluando factores como la postura, uso de fuerza, y repetitividad de los movimientos en los diferentes segmentos corporales; estando algunos de ellos enfocados principalmente a miembro superior sin descuidar el tren corporal inferior. Considerando esto, resulta interesante revisar el grado de convergencia que los diferentes métodos pueden tener cuando son aplicados en la evaluación ergonómica de puestos de trabajo. En ese sentido, Roman-Liu (2013)10, analizó el grado de correlación entre el método OCRA (Acción Repetitiva Ocupacional) frente al método RULA (Evaluación Rápida de Miembro Superior); aplicándolo en la evaluación del riesgo de desarrollo de TMEs en 18 estaciones de trabajo en las que se desarrollaban tareas repetitivas.​

Aunque ambos métodos están basados en diferentes conceptos, evalúan la misma medida: la carga de la extremidad superior resultante de las tareas repetitivas. Los datos fueron colectados usando filmaciones en las 18 estaciones de trabajo, midiendo ángulos, esfuerzo, y duración de las fases del ciclo de trabajo; los ángulos del codo y muñeca fueron medidos utilizando electro goniómetros. Los resultados muestran, que aunque existen algunas diferencias basadas principalmente en cómo se evalúan los parámetros individuales de fuerza y repetitividad en ambos métodos; finalmente se estableció que existe una alta correlación para ambos; ello fue evidenciado en los análisis de diferencias para movimientos repetitivos entre OCRA Y RULA el cual fue de menos de 20% en la mitad de los casos. Sin embargo, los autores advierten que debido al limitado número de estaciones de trabajo evaluadas, los resultados deben ser tomados con cautela y que se requiere de ensayos más amplios para confirmar sus hallazgos.

Hasta ahora se ha descrito cómo la presencia de un solo factor o la combinación de estos tiene la capacidad de desencadenar TMEs; evidentemente la consecuencia del aparecimiento de estos repercute seriamente en la salud del trabajador generando costos directos por la atención en salud, estipendios por bajas laborales, entre otros; sin embargo resulta necesario mencionar el impacto que tiene el desarrollo de estos trastornos en la productividad.

De manera general, de acuerdo al informe de 2015 de la Oficina del Trabajo del Gran Bretaña (2015)11; un total de 9,5 millones de días/trabajo se perdieron como resultado de la ocurrencia de casos de TMEs de la extremidad superior; un promedio de 17 días/persona. Adicionalmente, se determinó que en el 40% de los casos del tiempo perdido en el trabajo resultó debido a estos trastornos.

Por otra parte, de acuerdo a datos presentados por la Oficina de Estadística del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos (2015)12; los TMEs conformaban el 32% de todas las lesiones y enfermedades reportadas y la frecuencia de ocurrencia de los mismos se estableció en 33.8 casos/10,000 trabajadores a tiempo completo. En general, los trabajadores con estas condiciones, requerían en promedio de 13 días antes de regresar al trabajo.


En conclusión

De acuerdo a lo expuesto previamente es posible afirmar que la ocurrencia de TMEs en oficinistas es multifactorial y que las diversas condiciones investigadas, llámese factores individuales, condiciones ergonómicas, y factores organizacionales o psicosociales están involucrados en menor o mayor medida en cada uno de los ensayos realizados. Sin embargo, la incidencia de los diversos factores estudiados muestra cierta variabilidad en las diferentes series reportadas, pero en general se sitúan arriba del 20%. Esto pudiera estar relacionado a que no existe uniformidad en la metodología de la evaluación de estos trastornos. Más aún, como pudo observarse en el estudio de Roman-Liu (2013)10, existe una fuerte asociación de convergencia de resultados entre los Métodos de Evaluación Ergonómica -que para este ensayo se comparó OCRA vrs RULA-; dos métodos validados y que son referentes en la evaluación de puestos de trabajo. Adicionalmente, cabe enfatizar que para el proceso de evaluación de molestias músculo esqueléticas, se utilizaron cuestionarios validados para las diferentes poblaciones de estudio, eliminando con ello el sesgo que se genera al aplicar estos métodos sin validación previa.

En contraste a la variabilidad observada con respecto a la incidencia de casos, todos los ensayos sitúan al dolor de mano/muñeca, hombros, cuello y espalda baja como los sitios anatómicos que con más frecuencia son afectados por los TMEs. Adicionalmente, precisa recalcar que si bien existe un impacto directo a la salud de los trabajadores por el aparecimiento de estas condiciones; también se afecta la productividad en las organizaciones debido al incremento de costos de primas de seguro, días/labor perdidos agregando también un costo “invisible” que es la sobrecarga de las tareas que han dejado de hacerse por el operario enfermo a los demás trabajadores. Para finalizar, es necesario reiterar que si bien existe abundante literatura que muestra la incidencia, prevalencia, factores de riesgo y el impacto económico por el aparecimiento de los TMEs en los oficinistas, precisa que cada país cuente con métodos validados y estadísticas confiables ajustadas a las características propias de su población.


Bibliografía

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