Familia:Hombre
martes, 19 de diciembre de 2017
viernes, 4 de febrero de 2022
El cáncer de próstata es una de las enfermedades más comunes que padecen los hombres. En el mundo, uno de cada cinco adultos está expuesto a este tipo de cáncer y dentro de los principales problemas para combatirlo está la falta de síntomas en su etapa temprana. Esto puede ser fatal para un paciente, si se le descubre cuando ya no es tratable.
A pesar de lo anterior, la desinformación sobre la enfermedad (síntomas, diagnóstico y tratamiento), hacen que persistan algunos mitos sobre la misma y dificultan su detección temprana, para dar el tratamiento debido y obtener mayor probabilidad de cura.
¿Qué es la Próstata?
La próstata es una glándula que sólo existe en el aparato reproductor masculino e interviene en el proceso de formación del semen. Está dentro del grupo de órganos sexuales internos; es decir, que no podemos verla ni tocarla directamente.
Se sitúa específicamente, por delante del recto y debajo de la vejiga, atraviesa la uretra, que es el conducto por donde pasa la orina.
Su tamaño normal es comparable a una nuez, pero con la edad puede volverse más grande y por la ubicación, el paciente puede iniciar síntomas de obstrucción para orinar y alguna dificultad para defecar.
¿Toda inflamación de la próstata es cáncer?
No. La próstata puede tener otras enfermedades (prostatitis, hipertrofia prostática benigna) que tienen síntomas en común con el cáncer, por lo que debe ser evaluado de manera rutinaria por personal médico para detectar y diferenciar dicho diagnóstico.
Normalmente, la próstata aumenta su tamaño con la edad. Después de los 30 años inicia el crecimiento gradual y con ello la probabilidad de presentar los síntomas asociados. Su crecimiento no implica cáncer, pero sí requiere una evaluación por personal entrenado para establecer el diagnóstico preciso. No todos los hombres tendrán síntomas de una próstata agrandada, sin embargo es frecuente en mayores de 60 años.
¿Quién está en riesgo de padecer cáncer de próstata?
Existen algunas condiciones en las que es más usual que se desarrolle la enfermedad:
- Poco común en hombres menores de 40 años. Seis de diez casos se da en hombres mayores de 65 años.
- Es más frecuente en hombres de raza negra y del caribe con ascendencia africana.
- Parece ser que existe un componente hereditario, que aumenta cuando hay antecedente de hermanos con esta enfermedad.
- Aún está en estudio la relación que existe entre cáncer de próstata y una alimentación alta en carne roja y lácteos.
- La obesidad parece conferir mayor riesgo de padecer un tipo agresivo de cáncer de próstata, pero este dato sigue en investigación.
- A la fecha no existe una asociación clara entre el hábito de fumar y cáncer de próstata.
- No hay evidencia suficiente para decir que las infecciones de la próstata causen mayor riesgo a cáncer de la misma.
¿Cuáles son los síntomas que puede presentar el paciente con cáncer de próstata?
- Necesidad de orinar frecuentemente.
- Urgencia de orinar frecuentemente por la noche.
- Chorro de orina disminuido y débil.
- Interrupción en el chorro de orina, incluso incapacidad para orinar.
- Sensación de vaciado incompleto de la vejiga.
- Ardor o dolor al orinar.
- Sangre en la orina o en el semen.
- Problemas para la erección.
- Molestias al sentarse por la ubicación de la próstata.
- Cambios en los hábitos intestinales.
No todo hombre con estos síntomas tiene cáncer de próstata, pero se requiere la evaluación adecuada para hacer el diagnóstico en cada caso en particular.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de próstata?
La mayoría de veces el hombre acude ante la presencia de síntomas y en ocasiones hasta que son severos. Realmente, todo hombre mayor de 40 años debería recibir de manera rutinaria una evaluación prostática. Además del interrogatorio en busca de factores de riesgo y síntomas asociados, la evaluación requiere un tacto rectal.
En nuestra cultura se difunden ideas equivocadas que hacen considerar que la realización del tacto rectal es sinónimo de "perder la hombría" cuando solamente es un examen más que aunque incómodo tiene un alto valor predictivo para el cáncer de próstata.
Como se describió con anterioridad, la próstata no puede visualizarse ni palparse de manera directa. Por su ubicación, el abordaje rectal es el método más idóneo para su examen.
El procedimiento habitual es colocar al paciente acostado de lado con las rodillas flexionadas, el examinador usando guantes y lubricante para reducir molestias, introduce un dedo a través del ano para palpar la próstata.
La finalidad del examen es obtener información sobre el tamaño aproximado de la próstata, así como su consistencia y forma. También, se evalúa la generación de dolor al tocarla, entre otros hallazgos que son importantes para el médico.
Después de este examen es probable que el médico indique uno de sangre conocido como Antígeno Prostático Específico (PSA, por sus siglas en inglés). Este no sustituye al examen rectal, sino que auxilia al médico en la toma de decisiones a la hora del tratamiento.
También es probable que el médico indique un Ultrasonido Transrectal, que se realiza con el mismo aparato que es utilizado para evaluar el estado del bebé en una embarazada. El médico radiólogo obtendrá una imagen más fidedigna haciendo el examen a través del recto. De igual manera, esta última prueba no sustituye al tacto rectal, sino que sirve de ayuda para la toma de decisiones sobre el tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento del cáncer de próstata?
Depende en gran medida de la gravedad del cáncer al hacer el diagnóstico y la condición del paciente. Cuando el cáncer es detectado de manera temprana, es posible que el tratamiento consista en hacer una cirugía para retirar el tejido prostático. Esta puede realizarse de dos maneras según el tamaño de la glándula. Si el tamaño glandular lo permite, se realiza con un “cistoscopio”, un tubo de pequeño calibre introducido a través del pene por la abertura donde se orina (uretra), dicho aparato tiene una cámara que permite la visualización directa de la próstata y se extirpa la glándula, ya sea con bisturí o con asa eléctrica (cauterio). Debe aclararse que por la continuidad de la uretra con la próstata, la glándula no es extraída por completo y en algunas ocasiones puede crecer el tejido remanente y causar problemas de nuevo. Si el tamaño glandular dificulta el método antes explicado, el abordaje es abdominal.
Si el diagnóstico se realiza en etapas avanzadas de la enfermedad, es posible que el médico no aconseje la cirugía para remover la próstata, sino otro procedimiento llamado Orquiectomía que consiste en la extirpación de ambos testículos, pues el cáncer avanza más rápido bajo la influencia de las hormonas que allí se producen.
¡Examínate! No dejes que te sorprenda el cáncer de próstata.
No permitas que el cáncer de próstata te sorprenda