Problemas digestivos por Helicobacter pylori

Familia > Niñez
Escrito por:
Dr. Rafael López Urbina. Pediatra
Revisado por:
Dr. Luis Estrada. Pediatra
Publicado:
11-May-17 6:00:00 AM
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jueves, 14 de diciembre de 2017
68
miércoles, 9 de mayo de 2018
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El Helicobacter pylori es una bacteria que coloniza y daña el estómago. A la lesión producida se le denomina gastritis y esta puede complicarse con la formación de úlceras o con la alteración en el movimiento del esófago y duodeno.

Signos y síntomas que se pueden presentar

La infección por el Helicobacter pylori se manifiesta de diversas maneras, sobre todo, en la población infantil. Los síntomas característicos de la gastritis son:

  • Dolor abdominal tipo ardoroso en la parte media superior del abdomen.
  • Náuseas.
  • Vómito o agruras.

Cuando predominan el vómito y las agruras, entonces se le denomina como reflujo gastroesofágico. En pediatría no siempre es tan obvia esta enfermedad, pues los niños pequeños no son capaces de expresar sus molestias y si los síntomas no son evidentes (vómito o regurgitación), es muy difícil detectar lo que les sucede. Los episodios de reflujo pueden ser muy frecuentes y prolongados, pero no ser evidentes porque sólo llegan a la parte media o inferior del esófago y a pesar de que pueden provocar dolor a este nivel, si el paciente es muy pequeño, probablemente lo único que manifieste sean síntomas inespecíficos como llanto constante, rechazo al alimento, falta de ganancia en peso y talla, lo que ocasiona frecuentemente confusión tanto en los padres como en el médico.

Por otro lado, la enfermedad por reflujo gastroesofágico también puede manifestarse exclusivamente con síntomas respiratorios como son tos crónica de predominio nocturno, asma o neumonías a repetición. Cuando la infección por H. pylori se complica con la formación de úlceras ya sea en el estómago o en duodeno puede presentarse, además, sangrado de tubo digestivo, que se refleja por medio de vómito con sangre fresca, o bien, con evacuaciones de coloración negruzca muy mal olientes y aguadas, debido al alto contenido de sangre proveniente del estómago o duodeno. Si el sangrado es muy intenso puede complicarse con anemia. En ocasiones, los pacientes infectados con H. pylori están libres de síntomas, sin embargo en algún momento de su vida presentarán alguna molestia.

¿Cómo se diagnostica la infección por H. pylori?

Existen diferentes métodos para diagnosticar una infección de H. pylori. En primer lugar, se pueden detectar anticuerpos específicos en una muestra de sangre o de heces del paciente. También, se utiliza la prueba del aliento con urea. Otro método de diagnóstico es la biopsia, entre otros.

¿Cuál es el tratamiento?

Por lo general, se realiza con 3 medicamentos durante un periodo de 7-14 días con: Un inhibidor de la bomba de protones (Omeprazol, Pantoprazol o Lanzoprazol) + 2 antibióticos, como Claritromicina y Amoxicilina o Claritromicina y Metronidazol.

¿Cómo se adquiere esta bacteria?

El reservorio (dónde habitualmente se localiza el H. pylori) es la mucosa gástrica de los humanos, sin embargo recientemente se ha visto en el estómago de animales (perros y gatos). Los alimentos también pueden ser reservorios de H. pylori, ya que en verduras crudas y otros alimentos como pollo, leche o yogurt estas bacterias pueden permanecer vivas durante varias horas

La forma de transmisión aún no está esclarecida pero existen estudios que intentaron relacionar algunas vías de contagio; por ejemplo entre humanos, o sea varios familiares afectados, pero el mecanismo de contagio exacto es desconocido; pudiera ser por medio de la saliva.

También se habla de zoonosis, una infección que se transmite de animales a humanos, ya que el perro y el gato son portadores de H. pylori en sus estómagos y podrían ser transmisores; incluso se postula que las moscas podrían transmitir la bacteria excretada por las heces: éstas podrían contaminar alimentos y aguas, sobre todo en países en vías de desarrollo.

La colonización del estómago es muy frecuente; sin embargo no todas las personas desarrollan la enfermedad, ya que esto depende de la virulencia o agresividad del germen, que viene determinada por las sustancias tóxicas que produce. También, depende de la susceptibilidad del huésped, es decir según el grado de acidez del estómago y de algunos marcadores genéticos predisponentes.

¿Qué cuido debo tener con los niños?

El consumo de alimentos que no han sido cocinados adecuadamente aumenta los riesgos de sufrir una infección bacteriana. Por tanto se deben evitar los alimentos que no hayan sido cocinados a altas temperaturas para acabar con las bacterias o que hayan sido manipulados sin tomar las medidas higiénicas necesarias, como frutas y verduras sin lavar o carnes y pescados manipulados con las manos sucias.

Además, de los alimentos y bebidas, las condiciones de algunos lugares hacen que el H. pylori se transmita con mayor facilidad. Se deben evitar estos sitios siempre que sea posible: fuentes de agua estancada o sucia, alcantarillas y sitios similares. También, se debe actuar con cautela en baños públicos o instalaciones en las que la limpieza no sea la adecuada, establecimientos en los que el personal no use guantes o sitios donde se toquen mercancías después de haber tenido contacto con personas o incluso dinero, ya que también puede ser un medio de transmisión de bacterias.

Como la mayor parte de la gente infectada no sabe que lo está, se puede transmitir la bacteria con cierta facilidad. Evite usar utensilios que hayan sido tocados por otras personas sin estar lavados adecuadamente o el contacto directo con una de estas personas si ha utilizado el servicio y no se ha lavado las manos. La saliva es otro de los focos de infección, por lo que la H. pylori se puede transmitir al besar a alguien infectado. Por tanto es necesario obrar con cautela en caso de tener sospechas de la presencia de bacterias.

Cuál es la diferencia principal entre el Helicobacter pylori y otras enfermedades gastrointestinales

La diferencia principal con otras enfermedades es que el H. pylori resiste la acidez gástrica y puede permanecer mucho tiempo en el estómago y ser la causa de gastritis y úlceras gástricas, pero que al ser detectada a tiempo es curable sin dejar ninguna secuela.

Recomendaciones

Para prevenir la infección por H. pylori lo primordial es seguir unas pautas higiénicas adecuadas, tanto en el hogar como fuera de este.

  • Lavarse bien las manos.
  • Evitar comer en lugares insalubres.
  • Personas infectadas: Si estamos infectados con H. pylori o hay alguien cerca que lo esté, hay que extremar las precauciones al tratar con los demás. Se deben separar los utensilios de la persona infectada, en especial los que tienen contacto con la boca, como el cepillo de dientes o los cubiertos para comer.

Tampoco debe dejarse en manos de alguien con H. pylori la elaboración de comidas o su servicio, ya que el contacto aumenta las probabilidades de transmitir la bacteria a otras personas.


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