Minimizar el riesgo de enfermedad en la vejez

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Escrito por:
Dra. Margarita Pineda. Geriatra
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07-Feb-17 6:00:00 AM
Palabras claves:
Control, prevención, enfermedades, vejez
 

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sábado, 16 de diciembre de 2017
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miércoles, 9 de mayo de 2018
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Introducción

El control y la prevención de las enfermedades infecciosas dieron origen al incremento de la expectativa de vida de las personas, con el consiguiente envejecimiento poblacional, especialmente, en los países más desarrollados. Se vive más, pero con más enfermedades y menor calidad de vida. Los adultos mayores son un grupo cada vez más significativo, con una creciente exposición a la exclusión social, desigualdad e inequidades.

La vejez sufre discriminación porque con frecuencia se percibe como una suma de pérdidas. La sociedad actual está orientada a buscar mayores ganancias, por lo que se tiende a despreciar al adulto mayor viéndolo como alguien que no es productivo.

En el año 2000, el porcentaje de personas mayores de 60 años en el mundo fue de un 10% (605 millones). Este aumenta al 20% en los países desarrollados, disminuye al 8% o aún menos 5% en África. Los mayores de 80 años, 70 millones en el mundo, residen en los países desarrollados y es el segmento de edad con un mayor crecimiento, dentro de la población anciana. La distribución por sexos de los mayores de 60 años es de 100 mujeres, por cada 81 hombres y en los mayores de 80 años, por cada 100 mujeres hay 53 hombres, siendo la mayoría viudas.

Es esencial pensar en el anciano en términos de prevención primaria, como en la detección precoz de enfermedades e incapacidades ya que tradicionalmente se ha excluido a los adultos mayores de los programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades.

Justificación

En 1959, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó: «La salud del anciano se mide mejor en términos de función», siendo la capacidad funcional un mejor indicador de salud, que el estudio de prevalencia de las enfermedades. El objetivo del Geriatra es mantener o recuperar la funcionalidad de la persona adulta mayor.

No existe una razón clara que justifique suprimir las actividades preventivas a una determinada edad. Estas actividades se realizarán en función del beneficio individual, marcado no tanto por la edad del individuo, sino por la expectativa de vida.

El aumento de la longevidad se acompaña del incremento de la prevalencia de morbilidad, sobre todo en las enfermedades crónicas no transmisibles y la dependencia. La mayor prevalencia de dependencia secundaria a enfermedad y la necesidad de más tiempo de recuperación del estado de salud basal, justifican los cuidados preventivos, progresivos y continuados. El objetivo de las medidas preventivas a esta edad no es sólo aumentar la expectativa de vida, sino incrementarla libre de discapacidad, prevenir el deterioro funcional o recuperar el nivel previo con el objetivo que el anciano pueda regresar a su domicilio con el mayor grado de independencia posible.

Prevención primaria

Es la actuación en el período prepatogénico de la enfermedad, orientada a evitar que aparezca. Los campos de actuación serían: promoción de la salud, educación sanitaria y protección específica. Debe ser la continuación de la desarrollada desde la infancia.

La medicina preventiva tiene la ventaja de ser menos costosa que la medicina curativa y su utilización permite llegar a una edad avanzada con mejor salud e independencia.

Promoción de la salud

En la Carta de Ottawa quedaron establecidas las cinco funciones básicas necesarias para producir salud:

A) Desarrollar aptitudes personales para la salud

La promoción de la salud proporciona la información y las herramientas necesarias para mejorar los conocimientos, habilidades y competencias necesarias para la vida. Al hacerlo, genera opciones para que la población ejerza un mayor control sobre su propia salud y sobre el ambiente, y para que utilice adecuadamente los servicios de salud. Además, ayuda a que las personas se preparen para las diferentes etapas de la vida y afronten con más recursos las enfermedades, sus lesiones y secuelas.

B) Desarrollar entornos favorables

La promoción de la salud impulsa que las personas se protejan entre sí y cuiden su ambiente. Para ello estimula la creación de condiciones de trabajo y de vida gratificante, higiénica, segura y estimulante. Además, procura que la protección y conservación de los recursos naturales sea prioridad de todos.

C) Reforzar la acción comunitaria

La promoción de la salud impulsa la participación de la comunidad en el establecimiento de prioridades, toma de decisiones, elaboración y ejecución de acciones para alcanzar un mejor nivel de salud. Asimismo, fomenta el desarrollo de sistemas versátiles que refuercen la participación pública.

D) Reorientar los servicios de salud

La promoción de la salud impulsa que los servicios del sector salud trasciendan su función curativa y ejecuten acciones de promoción, incluyendo las de prevención específica.

También, contribuye a que los servicios médicos sean sensibles a las necesidades interculturales de los individuos y las respeten. Además, impulsa que los programas de formación profesional en salud, incluyan disciplinas de promoción y que presten mayor atención a la investigación sanitaria.

Por último, aspira a lograr que la promoción de la salud sea una responsabilidad compartida entre los individuos, los grupos comunitarios y los servidores de salud.

E) Impulsar políticas públicas saludables

La promoción sanitaria coloca a la salud en la agenda de los tomadores de decisiones de todos los órdenes de gobierno y de todos los sectores públicos y privados. Al hacerlo, busca sensibilizarlos hacia las consecuencias que sobre la salud tienen sus decisiones. También, propicia a que una decisión que favorezca a la salud sea más fácil de tomar en cuenta. Asimismo, promueve que todas las decisiones se inclinen por la creación de ambientes favorables y por formas de vida, estudio, trabajo y ocio que sean fuente de salud para la población.

F) La educación

La educación bajo el concepto de autosuficiencia del mayor, que puede adoptar un cambio de conducta, conseguir apoyo social para mejorar su estilo de vida.

Sócrates decía “No existe el enseñar, sino solo el aprender”.

Las principales herramientas son las preguntas y saber escuchar de forma activa. Por este medio se busca el autoconocimiento, el profesional ayuda a descubrir lo que realmente se desea y la forma en que el adulto mayor será capaz de conseguirlo.

La educación tradicional no compromete, no involucra y muchas veces no responsabiliza al paciente, se hace sobre la base de los conocimientos del “experto”, del profesional de la salud.

La preparación a la jubilación, el desarrollo de actividades de ocupación del tiempo libre en la vejez y la asimilación del inicio de un nuevo ciclo, permiten un envejecimiento más favorable.

Educación Sanitaria

Las intervenciones en educación se pueden dividir en:

  • Educación individual: que se hace directamente con la persona y su entorno familiar.
  • Educación colectiva: que se realiza en la comunidad, en las salas de espera.
  • Educación grupal: está dirigida a los grupos de adultos mayores que acuden a los clubes.

G) Comunicación Social en salud

La utilización de diferentes medios y técnicas de comunicación, basados en el marketing social, para hacer el diseño y la implementación de programas orientados a influenciar la aceptación de ideas sociales en la salud.

H) Organización comunitaria e intervenciones interinstitucionales y sectoriales

Es la participación de los diferentes sectores sociales, mediante intervenciones conjuntas destinadas a transformar la situación de salud y aportar bienestar y calidad. Es una acción política de abogacía y cabildeo para incidir en el nivel de conciencia social de los tomadores de decisión en los diferentes niveles jerárquicos.

Protección específica

A. Nutrición

La alimentación debe ser inofensiva, nutritiva, económica, sabrosa y variada. Esto no es fácil, el anciano tiene muchos determinantes sociales que inciden en su forma de alimentación, aparte de presentar alguna deficiencia como ausencia de dentadura, alteración del gusto, polifarmacia, etc. Los cambios en el estado de ánimo pueden provocar que coma menos o más. La dieta debe ser rica en fibra vegetal (frutas y verduras).

La edad avanzada y la desnutrición aumentan la morbimortalidad postoperatoria en el anciano. Adecuar el estado nutricional previamente (mediante nutrición enteral o parenteral) y la utilización de antimicrobianos está indicada en estos casos.

B. Higiene diaria

La higiene diaria es importante, los ancianos que no tienen una adecuada higiene están más propensos a las enfermedades.

C. Tabaco y alcohol

Se debe restringir el fumado, es necesario informar de los riesgos a los que se expone el anciano fumador, sobre todo en los que padecen de broncopatías crónicas, arteriopatías periféricas, diabetes, hipertensión arterial que ocasionan infarto cerebral o miocárdico.

El alcoholismo se debe evitar por todos los daños que produce, los ancianos que viven solos con carencias sociales son más propensos.

D. Vacunación

Entre las medidas preventivas específicas, la vacunación antigripal es una medida útil en mayores de 65 años, La gammaglobulina antitetánica está indicada cuando existen dudas respecto a la vacunación con toxoide tetánico en los últimos 10 años. La vacunación antitetánica está indicada en todas aquellas personas ancianas que por su actividad laboral o social tienen riesgo a producirse heridas contaminantes (predominantemente ambiente rural).

La vacunación antineumocócica está indicada en pacientes broncópatas o cardiópatas crónicos y en pacientes asplénicos o con anemia falciforme.

E.Estrés

Constituye un factor de riesgo para el sistema cardiovascular y favorece la descompensación de estados de ansiedad o de enfermedades depresivas. El médico debe afrontar con el paciente las situaciones que provocan estrés para favorecer su descarga emocional.

F. Otros factores asociados

El sedentarismo favorece la soledad del anciano, mientras que el ejercicio físico favorece la socialización.

Las barreras arquitectónicas favorecen la producción de caídas en el anciano con el consiguiente riesgo de fracturas. Evitarlas en los domicilios, residencias de ancianos y otros lugares de visita frecuente, es una medida preventiva eficaz.

Los medicamentos en general y los psicotropos en particular, pueden favorecer la producción de caídas. Su utilización ponderada y evitar las benzodiacepinas de vida media larga contribuyen a la disminución de riesgos.

Fomentar la socialización es una medida efectiva para acceder a una vejez más saludable. La soledad y el aislamiento del individuo favorecen la descompensación depresiva.

Factores protectores por patología

A. Caídas

Las caídas y sus consecuencias son uno de los problemas más graves en salud pública. Representan una alta mortalidad, predisponen a la discapacidad y la institucionalización prematura. En la mayoría de los casos, se trata de una inadaptación del anciano y su entorno de causa multifactorial. Es fundamental conocer los factores que predisponen y generan las caídas para reducir la frecuencia y severidad de las consecuencias. Las caídas son más frecuentes en los mayores de 65 años. Las complicaciones de las caídas son la principal causa de muerte por accidente.

Los factores identificados son extrínsecos o ambientales e intrínsecos como las enfermedades agudas o crónicas, los fármacos, etc. El 20% de las caídas están relacionadas con las enfermedades agudas. La vivienda es el lugar más frecuente donde ocurren las caídas, principalmente en el baño o dormitorio. La incidencia global es del 0,08%, para todas las edades y del 1%, en los mayores de 65 años y aumenta con la edad. Se duplica cada 5 años, representando un 6-9%, en escaleras.

B. Deterioro cognitivo

Los datos de prevalencia de demencia en el mundo occidental oscilan entre un 3,5% a 26%. Es mayor a medida que aumenta la edad y en personas institucionalizadas. La prevalencia en los mayores de 65 años es del 8% y de los 85 años aumenta al 30%. La incidencia global es del 0,08% para todas las edades y del 1% en los mayores de 65 años y aumenta con la edad. Se duplica cada 5 años, representando un 6-9% en los mayores de 85 años.

Existen factores de riesgo bien establecidos para la Enfermedad de Alzheimer: edad, antecedentes familiares en relación con factores genéticos y síndrome Down, y para la DV: edad, hipertensión arterial (HTA), diabetes, cardiopatía isquémica, tabaquismo, consumo de alcohol, dislipemia, hematocrito elevado e ictus previo. La clave para entender la magnitud del problema de las demencias es el envejecimiento de la población, teniendo en cuenta que la edad es el principal factor de riesgo.

C. Trastornos visuales

Se define el déficit visual como la agudeza visual menor de 0,3 de la escala de Snellen en el mejor ojo, con la mejor corrección o menor de 0,5 en cualquiera de los dos ojos. Los defectos visuales aumentan el riesgo de caídas, aislamiento social, depresión, disminución de la capacidad funcional y de la calidad de vida.

Pruebas a realizar: preguntas sobre la agudeza visual, optotipos de Snellen, tonometría y evaluación con oftalmoscopio. Se recomienda el cribado de la visión con optotipo de Snellen. Grado de evidencia B. Las personas con riesgo de glaucoma se benefician de la valoración del oftalmólogo.

Los mayores de 65 años se benefician de la evaluación con optitipo de Snellen junto con los mayores de 75 años.

D. Alteración hipoacusia

La prevalencia de los problemas de audición aumenta con la edad. Las mayores causas de sordera son la presbiacucia, los tapones de cera y los traumas acústicos.

Pruebas de evaluación: historia clínica, prueba del susurro, test de valoración de pérdida auditiva y la audiometría.

La hipoacusia por presbiacucia y causada por tapones de cera mejora con la intervención temprana. Se recomienda el tamizaje de hipoacusia, mediante la historia clínica, descartar la presencia de tapón de cerumen y remitir al especialista para completar el estudio.

E. Polifarmacia

No viene determinada sólo por el uso de más de 4 medicamentos, sino también por la presencia de eventos adversos, utilización inadecuada e interacciones medicamentosas.

Se recomienda revisar en forma periódica, ya sea prescritos o no, la indicación de medicamentos, sobre todo en los mayores de 75 años.

F. Incontinencia urinaria

Se define como una pérdida involuntaria de orina en la cantidad y frecuencia suficientes para suponer un problema para el adulto mayor y/o sus cuidadores, que demuestra un problema higiénico y/o social que se puede ver objetivamente. Existen evidencias de varios factores de riesgo que intervienen en la aparición de incontinencia urinaria.

El tratamiento por los médicos de atención primaria tiene importante sustento científico y se basa en la reeducación vesical, la rehabilitación de los músculos del suelo pelviano y el uso de fármacos. Es importante preguntar sobre la presencia de incontinencia urinaria en la historia clínica, especialmente en los mayores de 75 años.

Valoración geriátrica integral

Es un proceso diagnóstico multidisciplinario, idealmente transdiciplinario, diseñado para identificar y cuantificar los problemas físicos, funcionales, sociales y psíquicos que pueda presentar el anciano, con objeto de desarrollar un plan de tratamiento y seguimiento de dichos problemas, así como la óptima utilización de los recursos necesarios para afrontarlos.

Esta herramienta o metodología es practicada por el médico que, usando escalas de valoración validadas internacionalmente, logra obtener una visión integral. A toda persona adulta mayor frágil debe realizársele la valoración Geriátrica Integral.

El Instituto Salvadoreño del Seguro Social cuenta con los Centros de Atención de Día (CAD) y los grupos de adultos mayores, en las clínicas comunales y unidades médicas, cuyo objetivo es dar promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Estos en muchas ocasiones sirven también como terapia curativa.

Se educa al paciente por medio de diferentes temas, en los que se promociona la buena alimentación, el ejercicio, buen uso del tiempo de ocio, el aprendizaje en diferentes talleres, la socialización, etc.

Se refuerza la participación comunitaria, con otros sectores activos de la sociedad, se promueve el voluntariado, se empodera al adulto mayor.

Los servicios de salud en el ISSS están realizando un giro para centrarse en la persona y no en la enfermedad y el profesional de la salud.

Minimizar el riesgo de enfermar es una labor de todos y todas. Los adultos mayores como beneficiarios directos de las políticas institucionales. La comunidad como un actor más y de suma importancia para conseguir el objetivo y los profesionales de la salud y las instituciones sanitarias como entes que brindan las herramientas a la población.

Este tema será abordado a fondo en un próximo artículo.

 

BIBLIOGRAFÍA (Minimizar riesgo de enfermedad)

GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

Actividades preventivas en los ancianos

C. de Alba Romero, A. Gorroñogoitia Iturbe, C. Litago Gil, I. Martín Lesende y A. Luque Santiago (coordinadora)

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10. Klingman E.W. Principios básicos para el médico de atención primaria en Geriatría Preventiva. 5:9-16, 1993

MANUAL DE PREVENCIÓN Y AUTOCUIDADO PARA LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL

SECRETARÍA DE DESARROLLO SOCIAL DIRECCIÓN GENERAL DE EQUIDAD Y DESARROLLO SOCIAL DIRECTORIO

© Gobierno del Distrito Federal, ISBN 968-816-329


Minimizar el riesgo de enfermedad en la vejez